jueves, 19 de marzo de 2009

Óscar y los hombres ranas



Óscar era un niño de 14 años con sus inquietudes y sus cosas. Era alto y a la vez muy ágil. Vivía con su padre viudo y su hermano mayor de 23 años. Era un niño dentro de lo normal, le gustaba jugar a todo tipo de deportes pero sobretodo lo que mas le gustaba era hacer excursiones por el campo o por donde fuese.

Un día como otro cualquiera regresaba del único colegio de Humantla, un pequeño pueblo de Méjico en la costa escarpada, cuando su amigo y a la vez vecino que se llamaba Jaime con el que volvía del cole se encontró una hoja de papel en el que había uso dibujos y palabras.

El papel resultó ser un mapa. Estaba en perfecto estado, como si alguien lo acabase de perder. Lo cogieron y se lo llevaron a la casa del árbol que estaba entre las dos casas donde siempre quedaban para jugar, lo intentaron interpretar de aluna manera y averiguaron que se trataba de un barco que parecía estar al lado de la playa de donde vivían.

Como era viernes y el día siguiente no tenían cole decidieron hacer una excursión y bajar a la playa a ver que se podían encontrar. A esa playa nunca nadie había intentado bajar ni nada por el estilo ya que estaba debajo de un acantilado y era prácticamente imposible de deslizarse por ahí. La única manera de llegar era ir nadando desde otra playa, pero era muy arriesgado porque estaba lleno de rocas, así que decidieron ir cuando la marea estuviese lo mas baja posible.

Al día siguiente quedaron a las 7 y media, ya que la bajamar era a las 9, en la casa del árbol. Hubo un problema en ella se encontraba el hermano de Óscar removiendo todo lo que había como si estuviese buscando algo. Cuando subió Óscar se encontró a Jaime amordazado y atado a un palo. Su hermano lo amenazo con un cuchillo diciéndole que le devolviesen el mapa, que le había costado mucho conseguir todo lo que supuestamente había en el barco hundido. Óscar opto por dárselo, ya que el se lo había estado estudiando y se lo savia de memoria. El hermano nada mas conseguirlo hecho a correr. Después de que Óscar desatase a Jaime del palo fueron corriendo hacia la playa del lado para cruzar a la otra como habían planeado. Estaban muy asustados, pero la intriga les podía.

Llegaron a la playa y lograron pasar sin dificultad.

Había tres tiendas de campaña en la arena, pero no había nadie dentro y se acercaron a mirar dentro. Había restos de comida y sartenes y pucheros sin limpiar. Entonces salieron tres hombres ranas del agua caminando hacia ellos empezaron todos a correr los niños a esconderse y los hombre rana a perseguirlos. Óscar y Jaime lograron esconderse entre unos arbustos sin que los tres hombres les viesen. Cuando los tres buzos se sacaron los cascos de la cabeza vieron que uno de ellos era el hermano de Óscar. Los tres buzos empezaron a estirar de una cuerda que llevaba uno de ellos atado a la cintura y de allí salió un cofre. Los tres hombres empezaron a dar saltos de alegría. Abrieron el cofre en medio de la playa y estaba lleno de monedas de oro de collares, de pulseras y de joyas variadas. Al llevarlo arrastrando asta la otra playa se les cayo alguna joya, al seguirlos los niños, vieron lo que se les había caído y comprobaron que era de oro puro. Fue entonces cuando decidieron robarlo.

A la mañana siguiente volvieron sobre la misma hora y ya no había nada, ni las tiendas de campaña ni el tesoro ni restos de nada.

Desesperados volvieron a la casa del árbol donde estaba su hermano amordazado en un palo y enseguida le quitaron la venda de la boca y le hicieron decir la verdad de todo. Los dos hombres que quedaban habían escondido el tesoro en la cueva secreta de la playa. Los dos niños y el hermano fueron a robarlo. Cuando llegaron los dos hombres estaban muertos, ahorcados de una cuerda colgada desde el techo, y el tesoro desaparecido con una nota. En ella decía “este tesoro no puede ser desterrado”. Entonces desde el techo salieron tres cuerdas mas y como por arte de magia los dos niños y el hermano empezaron a elevarse y la cuerda se les metió en la cabeza. Murieron ahorcados mientras desde allí arriba vieron un montón de personas mas ahorcadas y los trajes de hombre rana tirados por el suelo.

Andrés Bello
4º B

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