domingo, 8 de marzo de 2009

Cuaderno de tierra firme

Esta historia que ahora os contaré, habla de un marinero muy especial. Se llamaba Robustiano Aparicio y llevaba desaparecido ocho años. Nadie sabía dónde estaba, excepto él. Estaba en el sitio más maravilloso del mundo. Allí todos los días hacía sol y vivía rodeado de miles de animales muy especiales, ya que podían hablar.

Un día estaba acabando de construir una cabaña para poder vivir ahí, ya que durante todo ese tiempo había hecho su vida en el barco; de repente se pusó a llover y hacía un viento increíble. Dejó la cabaña a medias y se metió en su barco para poder refugiarse del viento, y se quedó dormido.

Cuando abrió los ojos, miró por la ventana y vio que ya no estaba en aquel maravilloso lugar, sino que había llegado después de 8 años a su pueblo. Bajó del barco que estaba hecho pedazos, y se quedó atónito: ¡todo estaba tan cambiado! La gente de alrededor suyo no paraban de mirarle, ya que no tenían esperanzas de volver a verle con vida. De repente apareció toda su familia fueron corriendo a abrazarle, y entre lágrimas de alegría regresaron a su casa.

Él se sentía muy extraño allí, no estaba acostumbrado a su pueblo, quería volver a aquel lugar del que nunca pensaba que se iría ; él estaba contento de poder volver a ver a su familia, pero echaba de maneo la tranquilidad de aquella isla. Una noche decidió reconstruir el barco, y marcharse a la isla, dejó una nota como despedida. Cuando legó, los animales estaban muy tristes y desanimados, pero, al verlo se animaron y se pusieron a bailar.


Clara Lancharro
4º B


(Sacado del libro Cuaderno de tierra firme, de Anjel Lertxundi)

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