jueves, 19 de marzo de 2009

El misterio del cuarto amarillo

No muy lejos de aquí, en lo alto de la montaña, vivía la señora Evans. Una mujer un tanto extraña y dueña de un albergue familiar. El negocio le iba bastante bien, pero era la principal sospechosa de un conjunto de desapariciones ocurridas en el albergue.

El albergue era bastante grande y de colores saltones, pero había una habitación realmente atractiva. Una habitación pintada íntegramente de color amarillo banana. Al ser tan llamativa todo el mundo deseaba alojarse en esa habitación, incluso había una lista de espera para gente de otros países que sabían de la existencia de dicha habitación.

La noche de difuntos del año 1998, vino desde Prada una pareja con un hijo expresamente para alojarse en dicha cámara. Estaban dispuestos a gastarse grandes cifras de dinero en poderla alquilar durante aquella noche de difuntos, o como se diría ahora, Halloween. Dicho y hecho. La señora Evans llevó las maletas d la familia hacia la habitación, con una gran sonrisa de oreja a oreja. Les mostró detalle por detalle todos los rincones de la habitación y la señora Evans desapareció cerrando la puerta tras su paso. La familia estaba súper emocionada al poder estar en un sitio de tal categoría, hasta que llegó la noche. La habitación se convirtió en una escena del crimen que horas mas tarde iba a suceder. Desaparecieron todas las puertas y ventanas de la sala, todos los muebles y cualquier cosa que pudiese ayudarles a escapar. En las paredes se empezaron a escribir mensajes diciendo que matasen al niño o acabarían con la vida de ambos. Y al ver que no tenían elección metieron al niño en la maleta i lo ahogaron entre la ropa de la mujer. No podían parar de llorar incluso se planteaban la idea del suicidio, cosa que no les hubiese ido mal si hubiesen sabido lo que les esperaba. Cayeron dos cuerdas en forma de horca del techo amarillo. De repente apareció la señora Evans por la puerta, muy sonriente ella, mientras la pareja suplicaba que les dejase marchar. Ella cogió a la pareja les metió el cuello en las horcas y los ahorcó. Estaba loca. En ese cuarto mataron a sus padres, por eso quería hacer pagar a la gente con la misma moneda. Y lo seguirá haciendo mientras siga sedienta de venganza.

Aida Vila
4º B


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