La ventana alta- Raymond Chandler
Estaba sentado en la silla delante de la ventana, la cual reflectó la luna en mi rostro, cuando seguidamente oí un ruido y me giré, pero no había nada. Esperaba que no fuera él otra vez. Decidí salir e ir al puerto a respirar aire fresco, pero de nuevo apareció. Quise deshacerme de él pero no pude. Me percaté del suceso y me quedé quieto, luego me fijé en su cara. Hoy tenia algo extraño, sus ojos aparentaban tristeza y unas ojeras le rodeaban todo el contorno de ellos. Parecía que tenía que decirme alguna cosa importante pero no pudo a causa de que llegó mi abuelo justo en ese momento. Venia para empezar la caza de ésa noche. Él es pescador y ya llega a los 70 años de edad, pero mostraba firmeza y fuerza, y en sus ojos se apreciaba la juventud. Le saludé y le pregunté cómo iría la caza de esa noche, a lo cual el se mostró indiferente y se alejó para coger y desatar la cuerda que sujetaba la lancha pesquera.
-Lo he visto…- dijo con voz impactante, a lo cual respondí,- Qué has visto?. Pregunté con intriga y con la voz temblando. – He visto a tu padre, su espectro, en el comedor…- Eso cortó mi circulación. Le expliqué el tema y hablamos sobre él durante una media hora. Él mantenía la mirada fijada al suelo y yo a sus ojos sobrecogidos. Podía contemplar de reojo que el espectro nos observaba desde lo lejos, pero no hice caso por el momento. Volvimos a casa e intentamos olvidar el tema. Por la noche no hubo ninguna aparición u otro suceso similar, parece que todo volvía a la normalidad, todo y que durante esos días el abuelo estaba pendiente de la ventana alta de la casa, la cual podías vigilar todo lo que pasa en el exterior. A finales de año llegaron los parientes de Albuquerque (New Mexic, USA) a pasar las navidades y el año nuevo. Ahora mi abuelo es feliz y yo también con él , sabiendo que mi padre nos estaría acompañando en estas fechas aunque nosotros no lo notáremos, intuiría su presencia.
Àlex Esqué Bosch
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