En el año 1857 en Dallas ,Arizona ,la señora Ryan Stefenmeyer esta en una tarde tranquila y relajada tendiendo la ropa en el tendedero. Son las 18’00 de la tarde. Suena el teléfono, la señora Stefenmeyer se dirige al salón a coger el teléfono. Era la policía.
- ¿Sí?- dijo la señora.
- Hola le llamamos de la comisaría nacional de Dallas, es para decirle que su marido ha sido brutalmente asesinado.
- ¿Cómo?- Respondía la señora.
- Por favor tiene que venir al anatómico forense para confirmar el cadáver de su marido.
La señora se quedó blanca de la noticia que la acababan de decir, la tarde tan perfecta de aquel 26 de marzo de 1857 se transformó en el peor día de la señora Ryan Stefenmeyer, la señora no se lo creía, se quedo pálida. Cojió el coche y se dirigió al anatómico forense. Llegó al anatómico y allí estaba el sargento Roger Stuart esperándola.
- ¿ La señora Ryan Stefenmeyer?- le dijo el sargento Roger Stuart.
- Sí.- dijo muy angustiada.
- Pase por aquí por favor.- le dijo con voz muy varonil.
La llevó a la sala de cadáveres, la señora llorando le dijo que no quería pasar en ese momento. El sargento la agarró del brazo apretando bastante fuerte y le dijo:
- Por favor diríjase a la sala no se lo vuelvo a repetir por favor.
La intuición de la señora le hizo sospechar de que algo malo pasaría. A la señora le temblaban las piernas se dirigió hacia la sala contra su voluntad acompañada por el sargento Roger Stuart. Cuando entraron a la sala estaba llena de sangre, todas las paredes manchadas, trozos de carne en el suelo...
La señora Ryan Stefenmeyer se aterrorizó al entrar allí dentro. El sargento cerró la puerta con llave desde dentro para que la señora no pudiera salir.
La llevó a una habitación donde estaba el cuerpo de su marido ahorcado con los dedos morados, la cara de un color morado casi llegando a negro...La señora se puso a llorar y se desmayó...
Mientras la señora estaba desmayada aquel sargento tan siniestro de mirada perdida, la cogió y la puso al lado. El tan siniestro y frió sargento la colgó viva.
Cuando la señora se despertó se vio colgada, el sargento Roger mientras se estaba fumando un cigarro y con una botellita de ácido, se despertó y le dijo:
- Lo siento señora Ryan pero su marido metió injustamente a mi hijo en la cárcel y no he podido vivir con este dolor.
- No me puedes hacer esto por favor- contestó.
El sargento se levantó de la silla y cogió la botellita de ácido y le dijo:
- Voy a hacerte sufrir como a tu marido.
- No por favor, no por favor! - dijo la señora
El sargento comenzó echándole el ácido en los dedos de los pies, la señora sufría
bastante con los quemazones del ácido. El sargento arto de escuchar a la señora
gritar cogió y quitó la mesa que la sujetaba para que se ahorcara. Quitó la mesa
y la señora murió al instante.
El sargento Roger Stuart no quería vivir más y se bebió el ácido y tuvo una muerte
lenta y dolorosa.
El crimen de la viuda roja: Archivos de policía científica. 1857-1858
Omar Rahmouni
AO
viernes, 27 de febrero de 2009
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