
Monte Cristo es la isla que tiene una de las montañas mas grandes del mundo. Ahí residen los habitantes de 5 pueblos generalmente pobres donde los impuestos lo tienen que pagar hasta con la vida. Marco, uno mas del pueblo, se pasea por la costa, para pasar el rato y olvidarse de los problemas por un momento. Al escuchar el ruido de la madera y velas tiradas por el viento, se gira y ve un galeón español atravesándole la vista, y por lo visto sin tripulación, viejo y silencioso, al que solo se le escuchaba el viento pasar entre la madera destrozada por una guerra marina. Para marco era una maravilla ya que por ahí pasan muy pocos barcos y la mayoría son veleros pequeños comparado con este inmensa nave marítima. Poco a poco el galeón se acerca a la costa y acaba chocando con las rocas levemente. Marco por curiosidad se acerca y suavemente entra en la maravilla que considera el, ya que sabe que con la madera podrida y un paso duro podría acabar en catástrofe. Al explorar el galeón encuentra el camarote del capitán, la puerta rota en el suelo lleva una espada clavado justo en centro, como si fuera en el corazón del barco. Un leve escalofrió recurre el cuerpo de Marco, y decide seguir explorando en la parte de abajo. Al bajar el ultimo escalón se queda alucinad, ve unas jaulas de lado a lado con unos esqueletos colgados en la pared como las marionetas, entonces Marco se dio cuenta, estaba en la parte de los presos, los cuales se estaban transportando a otras cárceles. Una llave de oro en un cerrojo del final del pasillo le resalta en el ojo. La puerta estaba hecha de madera de pino, muy resistente. En cada lado dos esqueletos con espadas, parecían 2 guardias que protegían la puerta hasta la muerte y al parecer no fallaron. Marco se acerca y con un suspiro gira la llave, la puerta se abre prácticamente sola y una luz dorada le resplandece la cara. Marco se quedo alucinando con lo que havia, monedas de oro, coronas, anillos, brazaletes etc. a montones. El hombre no se podía mover, ni los tic no le respondían, los pies le temblaban, se tiraba la piel para ver si era verdad, si, no era un sueño.
CONTINUARA....
Fabian Trosan
AO
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